lunes, 26 de agosto de 2013

Los campos estaban inundados de vid, así desperté en Francia…

Diarios de viaje.

Biblioteca Nacional de España, Madrid. Lunes 12:03

Había quedado con Yolanda de que me llevaría un amigo suyo desde Vitoria hasta Luxemburgo en auto, me parecía bien porque quería verla y los boletos del avión –que comúnmente suelen ser lo más económico en Europa-, estaban -debido al verano- especialmente caros.

Nos fuimos de fiesta un día antes con la Natita, yo tenía un poco de miedo porque antes –cuando era una joven moza- podía dormirme a las cinco y levantarme a las seis y funcionar perfectamente; ahora los años pesan y por más que intento…

Fue el festejo de un antrillo gay por ahí, fuimos con Ik[1] un vasco que dice que los vascos no saben ligar (¿?), también que no vamos a convencerlo nunca de irse de farra con nosotras…lo cual siempre termina traicionando.

Fue la sensación de los espectáculos trasvestis, tan noble y dulce él, los gays lo veían e inmediatamente le dedicaban el número.

Mmmmm la música –al igual que en México- son las clásicas del gremio: Mónica Naranjo, Marta Sánchez y cosas por el estilo, sólo que las Naranjos y las Sáchez de por acá con tacones miden como dos metros.
No llegamos demasiado tarde, y al otro día muy temprano Borja llamó para anunciar que estaba abajo, no estaba lista así que metí todo como una verdadera loca y la Nata me acompañó, estaba preocupada porque me iba con un desconocido –que en realidad no lo era tanto-.

Venía acompañado de una oriental –no soy muy hábil para distinguir entre coreanos, vietnamitas, chinos o japoneses- amiga de él que viajaba hasta Burdeos.

Lo agradecí mucho porque pensaba que como no tenía que cumplir la difícil misión del copiloto, podía dormirme atrás lo que quisiera, cosa que sucedió de a poco…

Mientras íbamos avanzando sobre el País Vasco trataba de descifrar el tipo de relación que tenían esos dos, había cierta confianza cierto, pero no distinguía la naturaleza de su cercanía…qué tontería estar todo el tiempo creando historias de los retazos que voy tejiendo de la gente que conozco…

Debería pensar mejor en que no tenía dinero, la onda de los bancos estando en el extranjero siempre me ha dado muchos dolores de cabeza, hacen que uno se sienta tannnnnnnnnnn desprotegido…

Siempre es una suerte saber si cuando vas a retirar dinero en realidad vas a obtenerlo.

Me ha sucedido por ejemplo en Chile y España que no todos los cajeros me dejan disponer de efectivo, aquí debe ser uno en específico, a pesar de que todos tengan el letrerito ese de RED y que tengan las calcomanías de Visa y Master Card, a los bancos les vale madres en realidad sólo quieren vender el producto inicial y después hacen lo que quieren, total ni quien les diga nada, ni Condusef al que le he escrito infinidad de correos, ni nadie…

Por otra parte también he sido hasta ahora –uno siempre tiene la confianza de poder cambiar-, muy despistada y resulta que como estos desgraciados bancos me han cambiado una de las tarjetas, pues ya no me acuerdo del número, lo tengo anotado por ahí en un papel -luego me di cuenta-, que lo había dejado en Madrid.

Me espanté un poco, pero “ágilmente” pensé:

¡Bueno tranquila, puedes transferir de una tarjeta a la otra de la que sí te acuerdas del número!

Lo intenté como otras veces y nada, una y otra vez y nada, pensé que era cuestión de un momento pero nada, así que la noche previa al viaje me había quedado sin un euro después de pagar la cena en un restaurante mexicano de Vitoria que por cierto me parece que es el mejor que he encontrado en España, quizá porque los dueños sí son mexicanos mexicanos, La Embajada se llama.

Y de ahí Natita y nuestro amigo tuvieron que acompletarme para pagar las cañas…ufffa tensión…

Por la noche lo volví a a intentar y nada, cómo viajar sin un solo euro, carajo malditos bancos si es mi dinero, puaff y siempre el mismo letrerito: “la página está en mantenimiento favor de intentarlo más tarde…”

-¡Los odioooooooooooooooo malditossssssssssssssss!

Así que Natita me dio diez euros como mi gasto para el recreo y “un mi lunch” un duraznote[2], una manzana, una naranja, galletas y un yogurth…

-¡Yo creo que con esto si la armo por lo menos por un día más! Pensaba intentando mantener la calma y la confianza en mi muy reconocida suerte.

-La oriental no para de fumar y creo que es mota, ufffa la cosa es que toda la humareda se viene para acá atrás…

Pienso en mandarle un mensaje a Stéph, voy a pasar por Burdeos y puedo decirle que si me presta un poco de dinero y de vuelta se lo doy, ash pero me da un poco de pena…

Tardo en enviarlo, finalmente lo hago, pero sólo le pregunto si está en ese momento en Burdeos, no me atrevo a más…

Me llama inmediatamente y me vuelvo a preguntar cómo es que este francés y yo pretendemos entendernos si no habla muy bien español y yo no hablo nada de francés, ni “merci” siquiera… 

La comunicación fue peor aún porque creo que desde que volvió a Francia llevaba tiempo sin escuchar el español y hablando y oyendo sólo el francés así que bueno lo poco que entendí fue que estaba a una hora de Burdeos en auto, insistía en bajar si yo estaría un tiempo considerable ahí, pero yo no lo sabía, colgué y pregunté; pasaríamos sólo un momento así que la operación rescate francés no pudo ejecutarse y yo seguía con el Jesús en la boca, haciéndome a la idea de que aún no tenía hambre para que rindieran más las reservas de alimentos, uno nunca sabe …

El Borja por cierto ahora que recuerdo me preguntó al subir:

-¿Traes comida?

-Sí

Le dije señalando mi bolsa de mano, se rió como diciendo: típico de una mexicana, o eso entendí yo. 

Mmmmm sigo pensando en la intención de la pregunta, no empezaba bien este encuentro…

Luego me preguntó que si mi amiga era chiapaneca y le dije que sí, me preguntó qué hacia en Vitoria y le dije que estaba casada con alguien de ahí.

-¿Qué suerte no?

-La de él, ¿supongo no?

La gente a veces no piensa lo que dice y la Jenny a veces no piensa lo que contesta. 

Españoles, españoles y luego no quieren que uno se ponga heavy…

Mejor me dormí el resto del camino –intentando no detestarlo tan pronto y faltando tanto camino-, hasta llegar al famoso Bordeaux.

Burdeaux/Burdeos... no quería verlo mucho, quería reservarlo para que Steph me lo enseñara, pero al abrir los ojos íbamos pasando el puente enorme sobre el río Geronne que dejaba ver a la distancia la delineada imagen de una ciudad bellísima…

-¡Qué emociónnnn!

Intenté publicarlo en el Facebook, pero olvidaba que había pasado una frontera –imaginaria porque está desmantelada desde la Unión Europea- y que ya no recorría ya territorio español, ahora estaba desconectada del mundo, sola y a la deriva, sin un euro además…los carteles es verdad ya no están en español, siempre me da miedo cuando sucede eso,

-Pobre, insulsa, monolingüe…

La voz del arquitecto Mala facha siempre resuena en mi cabeza cuando pienso que debí aprender inglés por lo menos…

Los campos estaban inundados de vid, así desperté en Francia…



[1] Omitiré la identidad de mi amigo ya que  -debido a su exceso de bondad que se le ve a kilómetros-,  y ser de los pocos evidentemente heteros ahí, terminó con la cara en lugares no muy agradables.
[2] Por cierto que no termino de entender qué es un melocotón, una nectarina, un durazno, en fin…