domingo, 10 de marzo de 2013

La carta

Amanecí en un sueño sin haber dormido. 
No recuerdo el instante en que las cosas cambiaron de dimensión. 
Los personajes reciclados de otras historias se mezclan con Tavo y Beto que a menudo se ven borrosos, puede que nada de esto sea un sueño...¡Qué extraño!
 

-No creas que no te he visto, tú no eres de aquí, pretendes engañarme, pero no soy estúpida.
 

Es la mascarada...ya empezó. La trucha dijo que era hasta el 16..¿Por qué la adelantó y no me dijo?
Mmmmju no. No. esto no está pasando. Es por el momento, es por la carta. Hubo un rompimiento, un paréntesis en el tiempo porque mi mente no puede entender ni aceptar la prueba a la que la sometí,,, era demasiado para ella.
 

Entonces... ¿Enloquecí?
 

O quizá a mi vuelta del Vip´s ayer por la noche cuando regresaba de contarle todo a Ariel, choqué... ¡choqué claro! y mi mente no lo acepta y cree que llegó a casa y envió la carta que desde hace tanto no había podido escribir ... ¡Claro! de otra manera no habría podido hacerlo, en la realidad sé que era imposible. 

Tengo sueño por cierto y no sé cómo tomarlo. 

De estar muerta sería sólo un engaño de la mente, por lo tanto si me resisto puedo vencer esa barrera del cuerpo en que crees que no puedes más... aun así anhelo mi cama. Eso quiero conservarlo en mi nueva... ¿Vida?
 

Voy a cerrar los ojos y a ver qué pasa...si al despertar o al soñar, esa carta está en el buzón de enviados, comenzaré todo de nuevo.
 

Tengo miedo... el escenario sólo parece ser el interior de mi cuarto y yo frente al ordenador, escuchando opera, aunque sé que a mis espaldas está mi cama y que las persianas ocultan la luz que anuncia un nuevo día, en segundo plano presiento que detrás de todo, están todos con máscaras, en la fiesta de mi hermana y que ahí está él...Es la ocasión perfecta...
 

¿Me oyes?
 

Nadie sabrá que estuviste aquí, ni yo misma que no trataré de buscarte porque de hacerlo te reconocería entre millones, cada movimiento de ti..cada parte de ti...
Ahí está lo sigo haciendo...estoy dialogando ¿con el sueño?,¿En el sueño?
 

Voy a dormir y regresaré a contarte...

Días de contingencia...

Es miércoles... 
Jueves... ya no lo sé...
El tiempo no transcurre con la misma frecuencia por estos días de calor insoportable y realidades virtuales... igual que mi corazón que parece cada vez más cansado y ya no late con la misma frecuencia...tu ausencia parece que hace más insoportable todo...
Ahora voy con mis almas comunes...nos reunimos a disertar sobre esta epidemia...llegamos con tapabocas pero terminamos fumando del mismo cigarro y bebiendo de la misma caguama...y los días parecen noches...dormimos la cruda de una noche que nos hace despertar...salimos nocturnos a buscar respuestas...(yo también "cielito", ando buscándolas por las callles de esta ciudad para después... el día que en esta vida o la otra nos reunamos te las pueda dar) y al final ahí estamos...
Sólo me duele pensar que después de tres horas ofreciendo posibles razones para esta contingencia...a cada poco te pienso y no puedo evitar querer marcar esa innumerable cadena de números...te visualizo en ellos..como ese enlace virtual del que puedo pender...del que quiero imaginar que aún me sostienes...
Esta nueva cotidianidad te contiene de manera nueva...pareciera que no se trata del futuro...ese con el que muchas veces fantaseamos...
Algo pasó uno de estos traicioneros días...nos levantamos y la diosa Fortuna no nos sonrió más y quiero descubrir a qué dios egoísta ofendimos con nuestro sueño...
Debo planear una forma distinta para llegar a Itaca...sólo presiento que llegaré tarde a recuperar mi reino...deberás perdonarme por eso...

viernes, 8 de marzo de 2013

Anecdotario no. 8




Intenté decirles que todo iba a estar bien. Que iban a llegar pronto  los bomberos a sacar a su mamá de ahí.

Ellas supongo que querían creerme pero apenas podían  superar los gritos de auxilio de su madre que podían escucharse de entre los fierros retorcidos.

De entre lo que quedaba del autobús.

Un hombre trajo a un niño más adonde estábamos,  tomado entre sus manos por su breve cintura como un pequeño muñeco al que no quería romper y les dijo algo así como:

– ¡Aquí está! … ¿venía con ustedes no?
--Sí, es nuestro hermanito-contestó la mayor y lo unieron al coro de sollozos.

Volví “a intentar” calmarlos mientras los hombres seguían repartiendo las cosas que podían, apareció una “Barbie” de edición limitada, la versión “accidentada y ensangrentada”; una chamarrita rosa y un conejo.
¿Un conejo?

-¿Esto es de ustedes también verdad? Preguntó otro hombre que les entregó en brazos a un conejo blanco y tembloroso.

¿Tembloroso?

Sí, tembloroso porque…  ¿no era de juguete?

-Lo abrazaron inmediatamente –supongo-,  porque también como yo estaban intentando -en un estado absolutamente  desconocido-, recoger los pedazos nuestros que estaban tirados por todos lados…

Recoger lo que quedaba de nosotros tirado por ahí y recuperar lo perdido…lo perdido…